Ojo por ojo… el mundo se quedará ciego

La solidaridad, la cooperación, el trabajo y la determinación son pilares fundamentales para tratar de paliar los efectos de la DANA en aquellos lugares que se han visto más afectados hasta el momento, como son la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha. Todo nuestro apoyo y nuestras condolencias a quienes han perdido familiares o amigos y también a quienes se han quedado sin nada. Es momento de arrimar el hombro y centrarse en la recuperación de las zonas afectadas para tratar de regresar a la normalidad en el menor tiempo posible.

Son muchas las opiniones que se vierten tanto en redes sociales como desde la prensa afín a la derecha y la extrema derecha de este país, afirmaciones que no son más que bulos que se propagan con un único fin, el de derrocar a un Gobierno, el de España, elegido democráticamente en las urnas. No todo puede valer en política, y lo peor y más deleznable es la utilización de las víctimas sin escrúpulo alguno con el objetivo de alcanzar el poder que no te han otorgado los ciudadanos y las ciudadanas.

El Partido Popular, históricamente, y ahora también la extrema derecha, no han encontrado impedimento alguno en jugar con el dolor de las personas que han sufrido atentados o catástrofes que han provocado pérdida de vidas humanas o materiales para anteponer sus intereses políticos a la cooperación, poniendo en marcha todos los recursos que puedan disponer para ayudar en todo lo posible. Pescar, como se dice vulgarmente, en río revuelto se ha convertido en un juego que les pueda proporcionar rédito político, un juego peligroso. 

La gestión del presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo durante esta crisis de la DANA no ha sido más que un ejercicio de esparcir odio y de tratar de eludir responsabilidades, por parte de su partido, que es quien gobierna la Comunidad Valenciana. Echemos la culpa a Pedro Sánchez antes de que se pueda atisbar cualquier mínima realidad. Y claro, todo esto lo que provoca es crispación y odio y desemboca en la ira de la extrema derecha, que se organiza pata atentar contra los Reyes, el Presidente del Gobierno y también contra el de la Generalitat valenciana.

Normalizar la violencia no es una buena decisión, y esperar varias horas para condenar una agresión como la que se produjo contra el presidente del Gobierno es una irresponsabilidad que, por lo que parece, es una reflexión muy meditada para no expresar de manera firme y con contundencia que la violencia no cabe en una democracia consolidada. Porque si normalizamos que se pueda agredir al presidente del Gobierno estaremos normalizando que se pueda agredir a un profesional de la medicina si no estamos de acuerdo con su diagnostico o a un profesional de la educación si no le ha puesto a nuestros hijos la calificación que, entendemos, merecía.

Gandhi dio que “ojo por ojo, el mundo se quedará ciego”, y no hay mayor ejemplo que el que estamos viviendo en nuestro país, un país que comienza a estar secuestrado por quienes pretenden acabar con la democracia. Que cualquier columnista, como Juan Manuel de Prada, pueda, en un medio nacional como ABC, hablar de «ahorcar y descuartizar” al Gobierno, algo que puede ser susceptible de un presunto caso de delito de odio, es una lacra que no puede cobijarse bajo la libre expresión. 

Todos, y todos es todos, deberíamos estar remando en la misma dirección, en la de tratar de auxiliar y trabajar para que todos los valencianos, todas las valenciana y de otras comunidades que también están siendo afectadas por la catástrofe, puedan recobrar la normalidad lo antes posible, para que puedan encontrarse a todos los desaparecidos y desaparecidas, para salvar todas las vidas posibles y para tomar medidas como país para reducir el dolor y la desesperación lo máximo posible.

Es entendible la protesta civilizada si se entiende que se puede hacer más, y por supuesto que hay que ser comprensibles y empíricos con las víctimas, que están en todo su derecho, pero siempre desde ese respeto y de la renuncia a una violencia que la derecha extrema y la extrema derecha está tratando de rentabilizar. Tiempo habrá de exigir responsabilidades, que como dicen los gallegos: haberlas, haylas…