EDITORIAL: Soplar y sorber a la vez
El pasado 25 de noviembre se celebró el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres y los grupos políticos de la Corporación, a excepción de VOX, han presentado al Pleno ordinario del mes de noviembre, celebrado esta semana, una moción conjunta para trabajar en erradicar la mayor lacra que sufrimos en nuestro país. Hasta la fecha, son 54 las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas en lo que va de año en España, un dato escalofriante que se agrava con una violencia vicaria que, esta semana, ha dejado un nuevo caso de asesinato de una niña de cinco años a manos de su padre, que también ha matado a la madre.
Desde que la extrema derecha entró en las instituciones, blanqueada y de la mano del Partido Popular, la propuesta contra la violencia machista ha dejado de ser institucional en nuestra ciudad, y no solo es que no se trate de una moción consensuada por toda la Corporación, es que, además, VOX irrumpe en el debate con argumentos machistas, homófobos, racistas y fascistas sin que el Partido Popular de María José Martínez y Miguel Gómez, delegado de Mujer, tejan ningún cordón sanitario a la ultraderecha, como se hace en toda Europa. Al contrario, aquí, en España -y en Aranjuez-, gobiernan con ellos.
Es una evidencia que el refranero español es muy sabio y hay refranes que lo corroboran, como el que dice que no se puede soplar y sorber al mismo tiempo, un proverbio que al Partido Popular le viene como anillo al dedo, ya que no es posible tratar de desmarcarte de los ideales de los herederos del franquismo, que dispensan un discurso rancio, gris -y macabro en muchas ocasiones- si lo que has hecho ha sido abrirles las puertas de las instituciones, con guantes de seda, y otorgarles cargos dentro de tus gobiernos, como el Partido Popular en esta ciudad.
La presunta derecha moderada es muy dada a ver la paja en el ojo ajeno en lugar de la viga en el suyo -otra sabia apotegma-, porque acusa al Partido Socialista de gobernar con Bildu, entre otras muchas sandeces y falso de toda falsedad, como le gusta sentenciar a la alcaldesa Martínez, mientras le da una mano de pintura a sus acuerdos con el fascismo, puro y duro, mirando para otro lado y avalando con su silencio mediocre los actos violentos que se llevan semanas produciendo contra las sedes del Partido Socialista en toda España, alentando incluso por boca de muchos de sus dirigentes y ex dirigentes falacia tras falacia.
Dentro de esa falsa benignidad trata el Partido Popular de marcar sus líneas rojas con la ultraderecha. Afirman estar muy lejos de VOX en asuntos tan trascendentes como el feminismo, la movilidad o el medio ambiente. Sin embargo, cuesta comprender que si tantas diferencias hay entre ellos, lo lógico es cuestionarse qué hacen cohabitando en gobierno que se están tiñendo de un lúgubre y tenso pasado en el que el Partido Popular no parece encontrarse muy incómodo.
El caso es que desde VOX tampoco pueden desmarcarse del dicho de dormir y guardar las eras, ya que se posicionan en contra de una propuesta sobre violencia machista, votándola en contra y presentando una alternativa soez en la que se manifiesta un negacionismo extremo de la violencia contra las mujeres para, después, asistir a algunos de los actos programados por el Ayuntamiento, algo inconcebible salvo que se trate de una falsa puesta en escena que no justificaría, bajo ningún concepto, su voto en contra de una moción institucional. Tal vez en los concejales ultraderechistas de Aranjuez no quepa esa ‘valentía’ insufrible de muchos de sus compañeros de partido, en todo el territorio español, que no asisten a ningún acto que suponga reivindicar el fin de la violencia machista. O tal vez suponga un desafío a la cúpula que dirige Santiago Abascal, que ha ordenado boicotear todos los actos que reivindiquen al sexo femenino.
El caso es que el Partido Popular ribereño no podrá separarse nunca de su alter ego mientras siga camuflando sus catastróficas desdichas, aquellas que les llevan a presentar muñecas hinchables a las puertas de las sedes socialistas, gancho que les sirve para llamar “putas” a las ministras progresistas, sin que la ‘presunta’ derecha moderada lo condene de manera firma. Tal vez porque piensan lo mismo o, tal vez, porque no se puede soplar y sorber al mismo tiempo.
0 comentarios