EDITORIAL: La unidad del Socialismo
El pasado fin de semana, el Partido Socialista celebró en Valencia su 40 Congreso Federal, que mostró, ante todo, la unidad del Socialismo y la vigencia de la Socialdemocracia. Pedro Sánchez obtuvo más del 95% del respaldo a la presentación de su nueva ejecutiva, que evidencia una clara renovación en la que participará gente más joven y en el que el número de mujeres certifica la firme apuesta por el feminismo dentro del PSOE, que con la actual dirección está multiplicando la presencia femenina en sus cargos directivos.
De este Congreso Federal han surgido compromisos desde la Secretaría General, que ostenta Sánchez, como son la derogación de la Reforma Laboral del PP, la abolición de la prostitución, el fin a la Ley Mordaza y una clara apuesta por la Sanidad pública, valores que complementan todos los avances sociales que ha experimentado este país durante los gobiernos del Partido Socialista.
Históricamente en España, cuando gobierna la izquierda, los avances sociales y las leyes para proteger y potenciar los derechos son múltiples, contrarrestando esa España oscura de recortes y que, hoy día, vuelve a venderse a un pasado retrógrado cuando es la derecha extrema y la extrema derecha quienes llevan las riendas del país. No hay más que ver la gestión en Andalucía, Madrid o Murcia, regiones en las que la derecha extrema se ha vendido a una extrema derecha, liderada por los herederos del franquismo, que no hacen más que atentar contra las libertades. Y como bien dijo José Luis Rodríguez Zapatero durante el Congreso, «que fácil es hablar de libertad cuando disfrutamos de ella”.
Durante los gobiernos del Partido Socialista, además de la Sanidad y la Educación públicas, se han aprobado leyes como la Ley del Matrimonio Igualitario, la Ley de Igualdad, la Ley del Aborto, la Ley de Dependencia, la Ley contra la Violencia Machista, la del Alquiler, la Ley del Divorcio, la Ley Antitabaco, la Ley de Protección de la Infancia, la Ley de la Eutanasia o el acuerdo de Pensiones para actualizarlas al IPC, aprobado recientemente.
Además, durante la presente legislatura se han aprobado decretos de igualdad de oportunidades de hombres y mujeres en el trabajo, el decreto de protección social en la jornada de trabajo, el decreto de medidas urgentes en materia de vivienda y alquiler, el decreto por el que se prorroga la posibilidad de que comunidades autónomas y ayuntamientos destinen el superávit a inversiones sostenibles o medidas destinadas a garantizar la salud, como decretar el Estado de Alarma, que ha servido para salvar vidas. También la regulación de los ERTES, el Ingreso Mínimo Vital o las subidas en el Salario Mínimo Interprofesional, medidas que han servido para garantizar el estado de bienestar.
Todas estas leyes y decretos han tenido una gran aceptación social y un alto consenso, cuyo respaldo ha paralizado el patrón que el Partido Popular ha diseñado durante 40 años ante todas ellas: el rechazo público, la oposición y la denuncia ante los tribunales. En esta nueva etapa del Partido Popular, en la que compiten con VOX por un electorado ultraconservador al que tratan de contentar para aglutinar su voto, tratan de parar por vía judicial cualquier avance social que ponga en marcha el progresismo. Sin embargo, una vez que llegan al Gobierno nunca acaban por cambiar estas leyes, rindiéndose, como es evidente, a esa aceptación social y a ese consenso que certifica que los avances de un país solo se sostienen bajo gobiernos del PSOE. Incluso, en alguna ocasión, el Partido Popular ha tratado, sin éxito, de adueñarse de alguna ley progresista que, en su día, también votaron en contra.
Tras el 40 Congreso Federal, el PSOE seguirá la misma línea que ha defendido siempre y para lo que puso en marcha ese estado del bienestar que la derecha castiga indiscriminadamente cada vez que alcanza el poder, porque la derecha no gobierna, la derecha se empodera, liquidando derechos, cometiendo fraudes y sumida en múltiples casos de corrupción, que es el auténtico sello que les caracteriza.
El PSOE acaba de mostrarse como un partido fuerte, unido, con iniciativas, con alternativa y liderado por un equipo que en la figura de Pedro Sánchez encarna los valores de una Socialdemocracia que vuelve a mostrar músculo en Europa. Porque la Socialdemocracia es la que garantiza el presente y el futuro y la que garantiza los derechos, porque hay que recordar que sin derechos no hay libertades, porque sin derechos la libertad se queda en una palabra hueca, sin contenido, sin significado. Y si no, que se lo pregunten a Díaz Ayuso, que ha utilizado insistentemente la palabra ‘libertad’ sin saber cuál es su significado.
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