Una celebración a la altura de su mantenimiento
David Estrada. Concejal del PSOE en Aranjuez
En 2001, Aranjuez fue declarada por la UNESCO Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad. Se cumplen ahora 20 años desde aquella declaración y el Gobierno municipal del Partido Popular y Ciudadanos ha puesto en marcha una serie de actividades para su conmemoración.
El valor paisajístico y monumental fueron elementos fundamentales para que esta ciudad adquiriese el protagonismo que ha merecido por su historia y por la apuesta medioambiental de quienes en su día visionaron un Real Sitio paisajístico, bañado por un río, el Tajo, que fue referente y núcleo fundamental en su desarrollo.
Esta declaración no solo afectaba a Aranjuez como ciudad, también la Comunidad de Madrid era parte protagonista e interesada. Una maravillosa noticia porque nuestra ciudad desde entonces tiene el honor y la protección de la UNESCO, pero un deshonor porque nuestra Comunidad Autónoma es la propietaria y competente de varias zonas que nutren el paisaje de esta ciudad, como los paseos arbolados, huertas y sotos, espacios que, históricamente, ha desatendido.
Esto constituye una dejadez a las competencias que tiene en materia de protección patrimonial, así como de mantenimiento de sus bienes que tiene en nuestro término municipal y que fueron objeto del trazo de numerosos arquitectos e ingenieros reales. Este desprecio hacia nuestra ciudad ha provocado un deterioro que podría poner en serio riesgo esa declaración como Paisaje Cultural si no se actúa como es debido y con la certeza de que el patrimonio, que también pertenece a la región, es una de las señas de identidad de una comunidad autónoma que debería tener entre sus prioridades el cuidado y mantenimiento de estas zonas.
Pero la responsabilidad es compartida, porque también el Gobierno municipal es responsable de ese descuido, porque está muy bien conmemorar y organizar una serie de actividades que, por cierto, están a la altura del mantenimiento de las zonas paisajísticas, sin poner a disposición recursos municipales para cumplir las obligaciones que emanan de la protección, y sin exigir al Ejecutivo regional que concentre un mínimo de actitud en sus políticas para poner en valor una zona que debería ser uno de sus principales atractivos turísticos. Aranjuez necesita inversión y mantenimiento y ni el Gobierno regional lo contempla en sus presupuestos ni el Gobierno municipal se lo solicita.
El Partido Popular lleva muchos años gobernando la Comunidad de Madrid, tantos como los que esta ciudad lleva sin recibir un mínimo de atención más allá de la plantación de un árbol por parte de la actual presidenta, Isabel Díaz Ayuso, que tiene abandonados a los ribereños con la connivencia de la alcaldesa, María José Martínez, incapaz de apostar por la defensa de los ciudadanos del municipio que gestiona.
Porque organizar una gymkana, una fiesta familiar, un partido de rugby, unas visitas guiadas o un concurso de fotografía son solo acciones encaminadas a dar a conocer el Paisaje Cultural, lo cual entra en las actividades de fomento de los bienes protegidos. Pero se está olvidando lo esencial, allá donde las Administraciones deben concertar y comprometer recursos para el mantenimiento, porque estamos ante un paisaje que progresivamente se va deteriorando sin remedio y sin programa, responsabilidad, en parte, de las propias indecisiones de María José Martínez, y, sobre todo, de la nula capacidad del Gobierno regional para poner el foco en una ciudad que está reclamando atención desde hace muchos años.
Apostar por el cuidado y mantenimiento de las zonas que han influido para que Aranjuez sea Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad es esencial para que pueda seguir siéndolo. Y para poder llevarlo a cabo era necesario la aprobación de un Plan de Gestión del Paisaje Cultural de Aranjuez, propuesta que llevó el Partido Socialista a Pleno en la pasada legislatura y que fue aprobado a pesar de los votos en contra del Partido Popular y la abstención de ACIPA.
Porque querer es poder y la derecha de esta ciudad nunca ha querido apostar por la conservación, votando en contra de un Plan de Gestión que era y es una exigencia establecida por las Directrices Prácticas para la Aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial de 1972 para los sitios incluidos en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Los compromisos adquiridos incluyen adoptar una política general encaminada a atribuir al patrimonio cultural y natural una función en la vida colectiva y a integrar la protección de ese patrimonio en los programas de planificación general, y eso, lamentablemente, no se consigue con una gymkana.
María José Martínez puede vanagloriarse de organizar actividades para conmemorar una fecha tan relevante e importante para esta ciudad, pero debería, principalmente, quitarse la venda de los ojos y hacer una visita guiada en la que participe ella misma para comprobar el estado en el que se encuentran las zonas naturales que son competencia de la Comunidad de Madrid, a quienes les sigue haciendo el juego tratando de hacer creer a los ciudadanos de Aranjuez que todo está en condiciones y en perfecto estado. Tal vez, de esta manera, además de organizar actividades se podría dar cuenta de que lo principal es exigir a Díaz Ayuso que se preocupe de una ciudad que tiene abandonada y que destine inversión para que siga siendo ese Patrimonio Cultural del que tanto gusta presumir.
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