“Que mi nombre no se borre de la historia”
La frase la pronunció la asturiana Julia Conesa, una de las Trece Rosas que siguen siendo un símbolo para la Memoria Histórica y para la igualdad de género. Ayer jueves, tras dos años sin poder hacerlo debido a la pandemia, el PSOE de Aranjuez volvió a rendir homenaje a los trece ribereños deportados al campo de concentración de Mauthausen, liberado el 5 de mayo de 1945.
Jean Paul, escritor alemán, expresó que “la memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados”. Es tan importante recordar que el ejercicio se convierte en alegoría, en el caso que nos ocupa, de la libertad y del reconocimiento a quienes dejaron sus vidas para que hoy podamos disfrutar de algo tan importante como es la Democracia. Y recordar es un derecho y un deber que no nos pueden sesgar ni la extrema derecha ni la derecha extrema, como pretenden desde hace años.
VOX es un partido irracional, antidemocrático, fascista y heredero de un franquismo que perpetró los crímenes más brutales que se conocen en este país. Su nuevo testamento comienza con el negacionismo, tanto de la violencia machista como de la Memoria Histórica, tal vez porque, de reconocer lo que sucedió en lugar de tratar de ocultarlo, se sonrojarían ante lo que defienden que, por otra parte, es indefendible. Y lo peor de todo es que el Partido Popular no solo se lo consiente, es que, además, lo comparte.
Las primeras premisas para entrar en un Gobierno por parte del fascismo, en Castilla y León, no han sido otras que sellar a cal y canto cualquier atisbo de Memoria Democrática y cambiar la nomenclatura de violencia de género por violencia intrafamiliar, como si las más de mil mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas, desde que se contabiliza el dato, o la violencia vicaria no formasen parte de una lacra que el resto de la sociedad está tratando de erradicar.
VOX es una escisión del Partido Popular, y siempre estuvieron ahí, en un colectivo que no solo no condena los crímenes franquistas si no que, además, en muchos casos, los venera, como el propio Ortega Smith.
La propia Alcaldesa de Aranjuez, María José Martínez, expresó en unas Comisiones Informativas que poco menos que la Memoria Histórica es un invento de los ‘progres’. Una falta de respeto absoluta a quienes fueron asesinados por el ‘carnicero’.
Pero como en cada epílogo, las palabras van dejando lugar a los hechos, y los hechos evidencian que el homenaje de ayer a los deportados de Mauthausen debería haber sido institucional, porque así se aprobó en Pleno y porque a ello debería verse comprometido el Gobierno de Partido Popular y Ciudadanos, apoyado por Acipa y VOX. Durante dos años han tenido la excusa perfecta, la pandemia del COVID.19, para no acordarse de sus vecinos que sufrieron la barbarie de los nazis, pero su memoria es sesgada, su recuerdo inexistente y su falta de respeto, evidente. Ya no tienen coartada.
En 2019, VOX registró una propuesta en el Congreso de los Diputados para la derogación de la Ley de Memoria Histórica bajo el argumento de que se trataba de un «atentado contra la libertad política, de pensamiento y de cátedra”. En aquella ocasión se negaron a condenar el franquismo, es más, se declararon herederos del mismo. Quienes defienden una dictadura que acabó con la vida de cientos de miles de personas inocentes en nuestro país no están autorizados a utilizar las palabras libertad y democracia.
El pasado año, el Partido Popular permitió en Andalucía que se tramitase la ley de Memoria Histórica de Vox, que este partido llama de “Concordia”, que anulaba la actual ley andaluza, el plan que la desarrolla hasta 2022 y el consejo que agrupa a la administración y a asociaciones memorialistas. Hermanos gemelos.
Román Aranda, José Arminio del Valle, Antonio Belmonte, Recaredo Díaz, Alfonso Díaz, Cesáreo Hidalgo, José Jaén, Ángel López, Julián López, Sabino Martín, Sergio Monzón, Laureano Muñoz y Julio Pérez son los trece vecinos a los que ayer el Partido Socialista, el Ateneo de Izquierdas, la Asociación para la Memoria Histórica de Aranjuez, los familiares y muchos vecinos mantuvieron en su recuerdo, un recuerdo que sobrevuela la pereza y la falta de educación democrática de un Gobierno municipal que se acuna en los brazos de VOX, un neofascismo que se abraza a la soberbia y al odio para intentar tapar sus vergüenzas.
Cicerón dijo que “la vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos”. Y así será siempre, porque quienes murieron para entregarnos la libertad merecen el recuerdo de quienes aún permanecemos vivos, porque como reza la canción “¿cómo esperas ganar sin ellos las batallas que anteriormente perdieron? Si han de callar, que callen aquellos, los que firmaron pactos de silencio”.
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