EDITORIAL: Incongruencias
La vida, para el Gobierno de María José Martínez, es lo que ocurre entre Pleno y Pleno. La gestión de esta ciudad está supeditada, principalmente, a los caprichos de una alcaldesa que se cuelga el traje de la arrogancia y decide por sí misma el rumbo, que habitualmente gira a la deriva, de un Real Sitio que sufre los desmanes de sus actos, sin medir sus consecuencias. Y las consecuencias no son otras que el lastre con el que tendrán que lidiar sus sucesores en el cargo.
Que el Partido Popular dirige Aranjuez a golpe de propuestas de la oposición y de denuncias ciudadanas es una clara evidencia de que no existe proyecto alguno, que Martínez y su equipo son una sombra a cuarenta grados que resulta insoportable e impredecible. No son pocas las ocasiones en las que, básicamente, desde la izquierda, se marca una senda que a veces, las menos, el Ejecutivo local decide seguir y otras, las más, salirse al camino hacia una carretera convencional sin asfaltar.
En este camino deambulan con VOX, una ultraderecha con pocas ambiciones más allá de las prebendas pero que venden su negacionismo genérico a Martínez, que lo compra sin mirar tan siquiera el precio que paga. Una de esas etiquetas es la de la movilidad sostenible, uno de esos productos de ‘nueva temporada’ que desde Europa exigen que esté en el escaparate, sin saldos ni ofertas esenciales. Hay que afrontar el asunto con determinación y con el convencimiento de que la movilidad y el medio ambiente son objetivos ineludibles que Aranjuez tiene que mimar, sobre todo porque de no ser así perjudicará los intereses vecinales y, también, los económicos.
En este punto, en el Partido Popular y en VOX es donde se cuelgan de la solapa la incongruencia, pagándose disparos en el pie con contradicciones profundas difícilmente digeribles. En el Pleno del pasado miércoles se presentaban dos propuestas, una desde el Gobierno local referente al PMUS (Plan de Movilidad Urbana Sostenible) y otra, conjunta de PSOE y Más Madrid, para que se inicien los trámites para la reapertura de un parking, el de Rey, esencial para el futuro de Aranjuez. La una sin la otra no son sostenibles y, sin embargo, y ahí es donde entra en escena la incoherencia de Martínez y su equipo, la derecha votó en contra de la oposición, sin red y sin paracaídas.
Lo que PP y VOX aprobaron fue un plan que no tiene marcha atrás, salvo que se presente uno nuevo, que no tendría demasiado sentido salvo que el aprobado fuese un plan mentiroso para justificar que desde el Gobierno municipal no se han hecho los deberes. Y si el plan es inamovible y le dan credibilidad, ¿por qué no han contado con los diferentes agentes para su elaboración? ¿Por qué la Corporación no ha tenido la posibilidad de participar y aportar propuestas que se incluyesen en dicho plan? La respuesta es sencilla, porque la Alcaldesa, con su rodillo de mayoría absoluta decide lo que se hace y lo que no se hace, como exponíamos al principio, a pesar de que en Europa exigen que este tipo de cuestiones se acompañan de unanimidad.
Desde la delegación correspondiente han tratado de vestir al santo ofreciendo una participación a posteriori a la oposición, un sentimiento de culpabilidad impostor que deriva en lo que, de niños, llamábamos a jugar ‘de caramelo’. El Gobierno se abre a futuras aportaciones después de aprobar el plan pero, ¿no hubiese tenido más cordura dejar la propuesta sobre la mesa para consensuarla y aprobarla definitivamente en el próximo Pleno? Sí, pero la derecha extrema y la extrema derecha no entienden de cordura, además de parecer que este movimiento no obedece a nada más que intentar evitar una sanción económica dejando de lado la creencia de lo que, realmente, es necesario para Aranjuez .
Por otra parte, al otro lado del Plan, está el reglamento, que absorbe, históricamente según los Secretarios que han pasado por el Ayuntamiento, aportaciones técnicas pero no políticas. Si se aprueba y luego se presentan alegaciones desde los grupos de la Corporación pueden desecharlas por considerar que son políticas, lo que nos llevaría a ese juego ‘de caramelo’ en el que participas pero poco importa lo que aportes.
El documento que se ha presentado al Pleno tiene inconsistencias y es diferente al presentado de manera inicial a los grupos, como si alguien ajeno a que lo inició hubiese metido bisturí, eliminando partes que nada tienen que ver son la coherencia y llenas de contradicciones, un plan tan inconsistente como el reglamento, que afirma que las restricciones más potentes en la última fase se aplicarán al núcleo de las zonas de bajas emisiones donde no hay tráfico rodado, lo que lo convierte en un reglamento vacío porque no se puede aplicar.
El Plan y el reglamento, que deberían coordinarse, dicen cosas distintas, como el Gobierno de Martínez, que en la misma frase suele decir lo mismo y lo contrario, toda una impertinencia política que les lleva a votar en contra de la apertura del parking -asunto personal de la alcaldesa- cuando es uno de los elementos indispensables en un PMUS, sobre todo en la actualidad.
Son las tribulaciones de un gobierno incompetente que se pliega a los intereses personales de una alcaldesa desaparecida, -pensando más en su acta de diputada regional y en su futuro-, que está poniendo a esta ciudad en un brete, saltándose los consensos que exige Europa para este tipo de aprobaciones con el arte del birlibirloque y que, lamentablemente, juega con el presente y el futuro de un municipio que no merece semejantes dirigentes.
Es el tributo que rinden 12 personas ante María José Martínez que aunque, como apunta la rumorología, decidiese abandonar el barco de la alcaldía seguirá moviendo los hilos de esta ciudad desde su despacho de Almíbar en Madrid, una torpeza que continuará minando la capacidad de decisión de quienes asuman el timón de Aranjuez, que aupará a un títere que está por ver si será capaz de romper los hilos de la soberbia.
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